Transcrição do vídeo: ¿De dónde surgió el idioma español?

Nós assistimos ao vídeo ¿De dónde surgió el idioma español? e achamos bem interessante.

Se você assistiu e não conseguiu compreender tudo o que foi dito nele, abaixo deixamos a transcrição*. 😉

 

¿De dónde surgió el idioma español?

El español es uno de los idiomas más importantes del mundo. Ocupa el segundo lugar en número de hablantes y se ha dicho que es el idioma para hablar con Dios. Pero ¿de dónde viene el español?

Los lingüistas no saben con seguridad como surgió el lenguaje humano, pero sí han explicado que los idiomas empezaron a diferenciarse cuando las poblaciones se separaban.

El hecho de vivir en lugares aislados con diferentes climas, animales, vegetación y diferentes vecinos hizo que a partir de pequeñas variaciones de dialecto se crearan idiomas completamente diferentes. Pero los lingüistas notaron que muchas lenguas tienen características similares en su gramática y su vocabulario como si estuvieron emparentadas.

Así agruparon las lenguas en familias distribuidas por el mundo. Y como familias que son es posible trazar un árbol genealógico que nos indicaría que hace miles de años había menos idiomas. El español, llamado más propiamente, castellano (ya verás porqué), forma parte de la familia indoeuropea.

En la Península Ibérica, donde  ahora están España y Portugal, antes del siglo III a.C., no se hablaba español. Los habitantes eran íberos, celtas, celtíberos, tartesios y hasta fenicios y griegos. De estas lenguas, llamadas de sustrato, tenemos por ejemplo la diferencia entre los conceptos ser y estar, que no existen en otros idiomas y que provienen del celta, o palabras como gancho o colmena; del ibérico viene barranco; y del vasco, izquierda o chaparro.

Entre el siglo III a.C. y el I a.C., el Imperio Romano conquistó toda la región alrededor del Mediterráneo, imponiendo su lengua, el latín. De esa lengua romana surgieron las lenguas romances: italiano, francés, rumano, portugués, catalán y español. Al mezclarse con las lenguas locales, el latín vulgar, es decir, el latín que hablaba el pueblo (no el idioma culto en el que se escribían los libros) formó varias lenguas, entre ellas la de la región de Castilla, el castellano.

A partir de las invasiones bárbaras se incorporaron palabras germánicas como guerra o yelmo. Y cuando los árabes conquistaron la península y se quedaron en torno de 700 años crearon un conjunto de lenguas llamadas mozárabes y dejaron en el castellano más de 4 000 vocablos, como almohada, aceite o ajedrez.

En el siglo XIII, Alfonso X El Sabio, intelectual y promotor de las artes, estandarizó lo que ahora conocemos como castellano medieval, dando la importancia al dialecto de Toledo.

En 1492, los reyes católicos, Isabel I de Castilla y  Fernando II de Aragón, se unen y consiguen expulsar a los árabes. Hacen del castellano el idioma oficial, los eruditos unifican su gramática y su ortografía y lo expanden por todo el país.

En el siglo de oro, surge el Español Áurico, que aunque ya unificado, aún presenta muchas diferencias regionales, por ejemplo, en la mayor parte de España, la C y la Z tenían pronunciación diferente a la S, pero no en las Islas Canarias ni Andalucía, donde se pronuncian “sss”.

Y Sevilla, en Andalucía, era la puerta de enlace de donde partían los conquistadores hacia la América. Muchos habían nacido ahí y la mayoría había pasado un buen tiempo viviendo en la región, por eso los latinoamericanos decimos “serbesa” y no cerveza.

Cuando los españoles conquistan América, el castellano se mezcló con las lenguas del sustrato de cada región: México aportó vocablos del Náhuatl, como tamal, chicle o tomate; el Quechua de Perú y Bolivia aportó caucho, cóndor y papa; y sin las lenguas antillanas como el Taíno no tendríamos ni barbacoa, ni canoa, ni hamaca; y se discute si la palabra huracán es taína o maya.

Las lenguas están vivas y en constante evolución. Actualmente no es raro que incluyamos palabras del inglés o que el inglés tome prestado vocablos del español y los mismos intercambios suceden con otros idiomas. Por ejemplo, la palabra tiza es de origen Náhuatl y se usa en todos los países hispanohablantes menos en México, donde al mismo objeto le llamamos gis, que viene del latín.

*Transcrição feita por Iracema Cerdan Zavaleta Galves.